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27 d’oct. 2018

QUÈ HI PASSA PEL TEU CAP, MENUDA? © - ¿QUÉ PASA POR TU CABEZA, PEQUEÑA? ©



 

 
Què hi passa pel teu cap, menuda?
 
Donaria algun dels meus sentits
per tal de saber el que et ronda,
segon a segon, minut a minut,
a cada instant.
 
Ho donaria tot!
 
Aquest misteri quan t'observo,
meravellat,
és el que et fa tan enigmàtica,
i és font de molts dels meus maldecaps
i de la meva profunda admiració.
 
I és que t'estimo,
a cada segon, minut i instant
de la meva alterada vida,
amb els sentits esvalotats
sempre afins al teu jo.  

 
 

*******************************

 

¿Qué pasa por tu cabeza, pequeña?

 

Daría alguno de mis sentidos

para saber lo que te ronda,

segundo a segundo, minuto a minuto,

a cada instante.

 

¡Lo daría todo!

 

Este misterio cuando te observo,

maravillado,

es lo que te hace tan enigmática,

y es fuente de muchos de mis dolores de cabeza

y de mi profunda admiración.

 

Y es que te quiero,

cada segundo, minuto e instante

de mi alterada vida,

con los sentidos alborotados

siempre afines a tu yo.

 

 

“Drets reservats – Derechos reservados”

 

 


18 d’oct. 2018

VINT-I-SET© - VEINTISIETE©




Avui fem vint-i set anys.

Un munt d’entrebancs.

Un munt de murs infranquejables.

D’altres totalment esberlats.

 

Tot això en el passat.

Tot això en el present,

amb un futur, incert,

però que promet.

 

I el millor d’aquest camí,

sens dubte… tu.

 

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Hoy hacemos veintisiete años.

Un montón de obstáculos.

Un montón de muros infranqueables.

Otras totalmente rotos.

 

Todo ello en el pasado.

Todo ello en el presente,

con un futuro, incierto,

pero que promete.

 

Y lo mejor de este camino,

sin duda ... tú.

 

“Drets reservats – Derechos reservados”

 

8 d’oct. 2018

NUEVO HOGAR - 3er Premio - II CONCURSO DE RELATOS MOLDTRANS SL




Dedicado a Valen Botana”

 

Estaba radiante, su corazón latía de felicidad por la decisión de haber hecho lo que le rondaba por la cabeza desde hacía mucho tiempo y no haberse atrevido a dar el paso definitivo hasta ahora.

Pero por fin ya tenía un propio hogar; de alquiler claro, pero de momento, para varios años.

Un hogar para empezar una nueva vida sin tener que estar pendiente de los vecinos que hasta ahora había tenido, carcas y guarros que casi cada día le tiraban basura, ropa sucia, escupitajos, condones usados ​​y más porquería, sin consideración, a su pequeña y linda terracita.

Se había acabado aquel tormento, como el de no poder invitar a nadie a cenar y charlar hasta la madrugada porque el vecino de al lado la había amenazado en llamar a la policía por los decibelios de sus risas...

Pobre, ni siquiera podía reír los fines de semana.

Y no tendría que pagar tanto dinero del alquiler por un cuchitril que tuvo que repintar más de una vez.

Por fin se había librado de aquella vivienda... ¡¡¡Por fin!!!

Pero dejar el lugar donde has vivido durante bastante tiempo también deja penas y pesares: algunos vecinos que la ayudaron y otros con los que se hicieron auténticos amigos y con quienes quisiera mantener la amistad para siempre...

¿Cómo había podido estar tantos años en ese antro?

Sería el miedo a lo desconocido, al fracaso, al más vale quedarse con lo que ya tienes no sea que te den gato por liebre.

Por fin un piso con dos habitaciones, cocina, comedor, trastero con coladuria y un patio donde poder tender la ropa sin miedo a que le cayera nada de los vecinos de arriba.

Un baño nuevo blanco, limpio y lleno de plantitas, con pequeñas estanterías y cajoncitos donde colocar las colonias y perfumes, pastillas de jabón, pendientes...

¡Y calefacción centralizada! ¡Maravilloso!

La única pega era encontrarse a mucha distancia de la ciudad donde había vivido y trabaja; pero da igual, coger el tren, llevarse un libro para los trayectos y tener paciencia: sensaciones nuevas, cambios de rutinas.

Sí, ahora vivirá en un pueblo, pero no importa, es un pueblo donde hay de todo: restaurantes, súper, bares, parques, biblioteca, rambla, cine...

Hoy, además, será un día especial porque unos de los exvecinos del edificio que acababa de dejar, con quienes había contraído mucha amistad y confianza, aquellos de los que él trabaja en Montcada, en la empresa de transportes Moldtrans, la venían a visitar y se había pasado toda la noche en vela.

-¿Les gustará el pisito? ¿Qué compro para el aperitivo? ¿Vendrán con la niña? ¿Qué hago de comer? ¿Compro comida preparada?... No, hago una ensalada y un poco de carne. ¡Ay! ¡No sé qué hacer!... ¡Ya lo tengo! Comeremos y luego los llevaré a pasear por el pueblo, seguro que les gustará mucho.

Había puesto detallitos en los estantes, fotos tomadas por ella, dibujos también hechos por ella, porque sabe mucho de pintar, así como de tocar el piano y dar clases...

-Pero hoy no será necesario que les toque nada, hoy charlaremos, verán la casa y luego saldremos a pasear.

Era ya media mañana y decidió sentarse en el sofá mientras esperaba la llegada de sus amigos. Primero encendió la minicadena, puso aquel cd de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong que tanto le gustaba y cerró los ojos.

De pronto sonó el timbre. Se levantó medio aturdida, con una sonrisa de ilusión en sus labios, y frotándose los ojos se dirigió como una autómata hacia la puerta de entrada...

Pero, al abrirla, una sensación de estupefacción y un sudor frío tembloroso se apoderó de ella, ¡¡eran los vecinos carcas de su antigua escalera quienes se encontraban al otro lado de la puerta!!

Él con su bigotito y la mirada pequeña y ella, encorvada y con cara de pocos amigos, le increparon preguntándole por qué siempre hacía tanto revuelo, que les molestaba mucho, a ellos que eran unos vecinos que nunca se metían con nadie.

Los apartó y salió hacia el rellano, pero una vez allí observó que era el de la antigua escalera, y gritó agriamente desde lo más profundo de sus entrañas desmayándose acto seguido...