En tu manto
dorado
miles de pecas de sol,
dunas de polvo tostado
y un caminito
cerca del agua salvaje.
Tú paseas
y yo vengo detrás,
marco tus huellas
con las mías,
huelo tu aroma
a virgen sin reino,
pues tu cielo
es orquídea radiante
y mi deseo
amarar en tu belleza.
Si te vuelves,
también daré la vuelta
o te esquivaré
con un disimulo errático.
Tú sabrás
que iba detrás de ti,
yo sabré que el camino
lo habrán borrado,
en un instante,
con perlas de espuma brava,
las caricias del mar.
“Derechos
reservados”
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada