Tinc la il•lusió de veure’t
qualsevol d’aquests instants,
obrint-me els ulls
envers el teu somriure;
fonent-me en tendresa,
congelant-me odis.
Només la teva llum,
només la teva suavitat
desfent-me en dolcesa:
obrint-me els teus braços
envers el meu somriure,
encisat per la teva tendresa.
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Tengo la ilusión de verte
cualquiera de estos instantes,
abriéndome los ojos
hacia tu sonrisa;
fundiéndome en ternura,
congelándome odios.
Solo tu luz,
solo tu suavidad
fundiéndome en dulzura:
abriéndome tus brazos
hacia mi sonrisa,
hechizado por tu ternura.
Barcelona, 02.01.12
Querido amigo; tu amor paterno es inconmensurable y digno de encomio.
ResponEliminaUn fuerte abrazo
José María.
ResponEliminaUn fuerte abrazo de todo corazón.
Instantes de ternura, hermosura que congelan odios, rencores, antipatías. No puede existir nada de esto si hay sonrisa y unos brazos abiertos.
ResponEliminaVuelvo a leerte y mi alma esta henchida de alegría.
Un beso
Susana.
ResponEliminaLa alegría es mía siempre que te encuentro entre mis líneas.
Muchos besos, querida amiga.